VIVIR Y TRABAJAR EN COHERENCIA ES LA NUEVA MODA

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Este 2021 ha sido un año en el que hemos visto cómo se han acelerado cambios y tomado decisiones de todo tipo que, en otras circunstancias, quizás se hubieran postergardo algunos años más. Hemos tenido tiempo y ocasión de valorar la calidad del tiempo que dedicamos a nuestra esfera profesional, pero también personal. 

Se ha hecho evidente que las personas esperamos algo más de las empresas, más allá de las peticiones tradicionales como un salario justo, flexibilidad horaria o beneficios varios. 

Las preocupaciones están transitando de tener una carrera y tener la oportunidad de promocionar o mejorar las condiciones de trabajo, a poder cambiar nuestras vidas a través del trabajo que desempeñamos. 

El trabajo que realizamos debe aportarnos aprendizaje para encontrar un significado al tiempo que le dedicamos

¿Cómo puede la empresa lograr dar respuesta a esta nueva inquietud? 

Probablemente no exista una receta mágica y aplicable a todas las organizaciones, si bien los ingredientes están claros: una cultura integradora, unos propósitos claros, una definición del éxito definida de forma conjunta con el equipo, una buena comunicación interna, mayor interacción, integración del bienestar en el diseño del trabajo, aprendizaje autodirigido por el trabajador/a y oportunidades de aprendizaje basados en sus habilidades y competencias. 

La persona ha de poder sentirse orgullosa de desempeñar un trabajo que le llena de propósitos. Saber el papel que juega su trabajo, ser y sentirse parte del éxito, tener a su alcance el aprendizaje que le ayudará a reaccionar en un momento dado, hará que su sentido de pertenencia a la empresa exista. 

La creación de experiencias únicas y personales ya no solo es algo reservado al cliente, sino que es un imperativo crearlas a nivel laboral para nuestros profesionales. Parte de esta experiencia es el poder tener la oportunidad real de crecer y desarrollarse de forma rápida y continua, lo que tendrá su impacto en la eficiencia de su trabajo. 

Pero sabemos que esto es muy idealista. La realidad nos muestra probablemente un escenario bien distinto, con estructuras rígidas, procesos de toma de decisiones lentos y jerarquizados en los que hay obstáculos que superar a nivel de autorización. La opacidad en las decisiones y la arbitrariedad son muy mal vistas y merma la confianza del trabajador/a.

¿Realmente crees que esta vieja estructura sobrevivirá las embestidas de la nueva realidad? 

Ser consciente del punto de partida ya es un paso. Y hablar con nuestros equipos, saber cómo se sienten, qué necesitan y desbloquear tomas de decisiones es el primer paso. De todos modos, es el momento para dar el gran salto hacia un enfoque más humano, apostando por plantear oportunidades de aprendizaje rápidas y continuas, crear procesos más transparentes y facilitar que las transiciones laborales se produzcan de forma más fluidas. 

Si no intereso, si no aprendo y mi trabajo no me llena, es momento de tomar decisiones

Si todavía te quedan dudas de que esto es el presente al que hacer frente, me gustaría hablarte de The Great Resignation (La Gran Desbandada Laboral) que está revolucionando las redes sociales. En EEUU se ha alcanzado ya la cifra de 4 millones de dimisiones, el mayor número registrado por el Bureau of Labor Statistics desde que se empezaron a recolectar datos en 2000. Y eso se debe a que la población está viviendo una auténtica desafección con sus empresas. Sostienen que sus vidas están vacías y que por encima de una nómina, una estructura y una estabilidad, prefieren tener una vida más sencilla pero más coherente con su forma de ser. 

Y no estás en lo cierto si crees que se trata de generaciones jóvenes de trabajadores los que están protagonizando este movimiento. El perfil de los trabajadores está entre los 30 y los 50 años, que han perdido el miedo y sostienen que no quieren vivir una vida vacía y trabajar a cualquier precio. Ahora la duda no es tanto en si este movimiento llegará a nuestro país o no, sino en si lo hará más tarde o más temprano. 

Quiero acabar trayendo a colación una frase que leí en un informe de Cornerstone: “Hay que poner la atención no en el puesto, sino en el trabajo”. Aprovechar el talento de la persona implica una personalización del itinerario de aprendizaje, pero también una oportunidad de que ese profesional aporte valor, se sienta conectado, alineado a nivel vital y comprometido con el proyecto empresarial.

Melissa Torres

Academic Director en BEAUTY CLUSTER. Directora BEAUTY BUSINESS SCHOOL

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